En mi corazon habia mucha expectativa de lo que el Señor haria en mi vida durante la experiencia, los primeros dias transcurrieron y sentia que nada especial pasaba en mi, queria escuchar la acostumbrada voz del Señor pero lo unico que encontraba era silencio, sin embargo durante los devocionales y tiempos de ministracion pude comprender que Dios tiene muchas formas de hablar a mi vida, por ejemplo cuando los Waraos apasionadamente y con gozo cantaban en su dialecto al Señor durante los cultos, las actividades recreativas con los niños y los tiempo de aseo personal... esto impacto significativamente mi vida y me hacia sentir como en casa. Disfruté mucho conocer y compartir con la cultura Warao, en especial navegar el rio en las curiaras, mee volví casi un experto, el compartir con Maximino, pastor Enni y adolescentes de la comunidad para aprenderme las canciones en Warao fue maravilloso. Aprendí muchas cosas pero la más importante de todas fue negarme a mi mismo para bendecir a otros con el mensaje de salvacion de Jesucristo, agradezco al Señor haber compartido mi testimonio en un culto porque se que pude ser instrumento de su poder transformador para cada uno de los que allí estaban presentes. Respecto al grupo me gusto mucho el espiritu de equipo y cuidado, es cierto que fue necesario sub dividirnos en pequeños grupos para cumplir con las actividades previstas en el programa pero eso no fue una barrera para que los 21 participantes trabajaramos como un equipo para la gloria del Señor y bendicion de la comunidad.
Ramón Quevedo
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